Casi hemos cerrado nuestro primer día en el campamento y, como podéis imaginar, ha sido un día sumamente productivo.
A primera hora de la mañana comenzamos con las construcciones en las cuales nos esforzamos muchísimo derrochando imaginación, creatividad y esfuerzo físico. Las portadas y recintos están quedando “ideales”, y con muchísimo pundonor hemos conseguido levantar los tres mástiles del campamento, a cual más imponente y bonito.
Pero no penséis que todo ha sido trabajar, también nos hemos dado nuestros primeros baños en el río. Y sí, el agua estaba gélida, pero nos merecíamos un reconfortante chapuzón.
También hemos empezado con la entrega de pañoletas a aquellos acampados que han destacado durante el día de hoy. No es nada fácil la elección, pues todos han estado sobresalientes, pero siempre encontramos detalles para poder otorgar tan distinguido reconocimiento.