Hasta el año que viene.

Ha llegado el momento de dar por concluido el Campamento de este año. Llevamos una semana de vuelta en casa echando de menos esas noches fresquitas en las que teníamos que echarnos un abrigo encima, los talleres en los que nos hemos divertido tanto y la incertidumbre de descubrir que travesura se le había ocurrido al “zorro” para sorprendernos cada mañana.

Ha sido un campamento muy especial para todos y llegados a este momento, no se nos viene a la cabeza otra palabra que no sea GRACIAS.

A nuestros Lobatos y Rangers, que se han portado como auténticos campeones. Han demostrado ser unos acampados fuertes, levantando un campamento prácticamente por si solos y adornándolo con una portada para cada rama, valientes, por afrontar marchas que harían temblar las piernas a más de uno y aguantar firmes frente a una fuerte tormenta de granizo, y por supuesto por ser respetuosos y cooperar con sus compañeros en todas las actividades.

Continuar dando las gracias a las Familias de todos los acampados. GRACIAS por vuestra confianza en nosotros, por seguirnos y comentar en nuestro blog, por participar en el día de la familia y haber sido tan fuertes de aguantar separados de vuestros seres queridos durante dos semanas.

GRACIAS a ese magnífico grupo de personas que lleva el Campamento en la sangre, que lo necesitan en su vida y que nos ayudaron a que todo saliera perfecto desde el inicio hasta el final. Agradecer enormemente su visita y su apoyo a Antonio, Chema, Inma, Marta, Nacho, Santos, Luis, Ana Pilar, Jaime, Javi, Diana, Leonardo, Paco, además de todos aquellos que no habéis podido venir físicamente pero que habéis tenido un recuerdo para nosotros. 

GRACIAS al grupo de monitores que dedicaron parte de sus vacaciones, de manera gratuita, a colaborar en que el Campamento fuese una realidad.

GRACIAS a los miembros de la Compañía de Jesús que nos han acompañado este año. GRACIAS al P. Mario por compartir con nosotros la primera semana de estancia en el campamento, ser uno más en las construcciones, sus eucaristías y por su disponibilidad a colaborar en todo momento. GRACIAS al P. Rafa por visitar el campamento el día de la familia y oficiar la eucaristía. GRACIAS también al P. Antonio por sus amenas eucaristías, por sus consejos, por sus anécdotas que nos hicieron reír tanto, y por cuidar de todos nosotros en el tramo final.

GRACIAS a nuestro enfermero Joaquín, por cuidar de los acampados de manera muy eficiente y siempre con una sonrisa en la cara. Por tu gran profesionalidad en todo momento a pesar de haber estado ligeramente mermado de fuerzas en alguna ocasión.

GRACIAS al grupo de monitores de Lobatos (Carlos Burrel-Akela, Patri-Raksha, Diego-Bagheera, Sergio-Hathi, Carmen-Baloo, Natalia-Darzee, Pedro-Kotick, Jara-Kaa), por vuestra paciencia y saber estar en todo momento con los pequeños. Por hacer que los Lobatos se sintiesen seguros y protegidos en momentos difíciles. Por “sustituir” temporalmente a las familias y hacer que ellos sólo tuviesen que disfrutar.

GRACIAS a los monitores Rangers (Carlos Cadaval, Jorge, Pedro, Pepe, Nuria, Milagros, Carlota, y Nacho como incorporación de última hora) por dar el 100% a los acampados de su rama y mantener entretenidos a los Lobatos con los “continuos piques” de gritos entre ramas, por gestionar estupendamente los momentos difíciles y hacer que sus Rangers se superasen día a día.

GRACIAS al Restaurante La Galana de Hoyos del Espino por alimentarnos suculenta y cuantiosamente, por tener un trato personal muy agradable y adaptarse magníficamente a los cambios que tuvimos que realizar durante nuestra estancia.

GRACIAS a nuestro intendente, Enrique, por encargarse de que no faltase nada a monitores y acampados, por su interés en reflejar de manera fotográfica todo lo que acontecía en el campamento y mantener el blog actualizado en la medida de lo posible, y por ser otro monitor más cuando era necesario.

Y, especialmente, GRACIAS, a nuestro director del Campamento, Víctor, por estar pendiente de que todo marchase de manera correcta, por cuidar de todos nosotros y ser un sólido hombro en el que apoyarse cuando era necesario, por su gestión en la organización de actividades, por colaborar en todo lo que se necesitase, y por haber confiado en cada uno de nosotros para acompañarle en esta tarea.